¡Ah, espléndida tarde donde el Toro-Toro se hizo presente para deleitarnos con su regia imponencia! Ese animal maravilloso, bestia llena de bravura y fuerza, señor de la Fiesta Brava, tuvo a bien dignarse a aparecer por una tarde en Cañaveralejo y alegrarnos una desesperanzada temporada. ¡Gracias a Don Juan Bernardo Caicedo por tremendo encierro! mucho toro para tan pequeña plaza. Afortunados nosotros que estuvimos ahí.
6 Toros 6, como debe ser. 6 toros bravos, encastados, alegres y nobles, hermosos de hechuras y con los pitones intactos. Animales que se ganaban el respeto de los presentes con sólo pisar el ruedo de Cañaveralejo. ¡Como es de hermoso ver a un animal que humilla, que se quiere tragar la muleta, que quiere embestir, dar pelea y montarse sobre la inteligencia humana, como la bestia reinante, como el más poderoso de los seres vivos! Tuvimos la fortuna de ver 6 toros de grandes condiciones, donde los pobre humanos no pudieron con su poder, y a mí modo de ver, son los derrotados, desbordados por tanta casta animal. Ninguno pudo mandar al animal, lidiarlo, cazar pelea y darle muerte, sin salir derrotados, expuestos en su inutilidad humana, sin maestría ni honor torero.
Hubo 2 indultos, dos indultos donde toda la gloria era de los bichos, porque los toreros apenas y se defendían como podían, haciendo gala de un toreo superficial y acomodado. Y la pusilánime Presidencia, la peor parada de todas, con su ignorancia descarada y desproporcionada.
El 4to. toro, un jabonero hermoso, bien armado de pitones, con una alegre bravura. Nada más verle rematar en tablas, no una, ni dos, más de 5 veces. Con la cabeza arriba, engreído, imponente. Verle probar el capote, cazar la pelea y arrancarse sin asomo de duda ni temor. Verle embestir al caballo con fuerza, con bravura, dando una pelea excepcional entre toro y caballo, de la cual, sin ninguna duda él Toro salió victorioso. Tercio de banderillas peligroso, con toro bravo, persiguiendo, provocando, dominando. Maldigo la muleta estúpida de Antonio Barrera, que no pudo con tanta bravura, perdiendo el sitio, perdiendo el dominio. Y por la misma estupidez le propinó revolcón. Muleta estúpida la que llevo al Toro al tercio, aquerenciandolo y rajando a un animal que se sintió superior y se desentendió de la lucha estúpida a la que le invitaba Barrera. Presidencia estúpida que cambió el tercio, aún cuando toro y afición esperaban la segunda pelea de tremenda bestia para confirmar la bravura de un Toro-Toro como casi nunca se ve. Presidencia estúpida que no escuchó los pocos pero sabios pedidos de indulto y menos los un poco mayores pedidos de vuelta al ruedo -se la concedió a un Salento de medio pelo, quién sabe por qué putas. Presidencia estúpida que concedió una oreja al insulso Barrera que sólo se defendió de un animal que fue mucho más que él. Presidencia estúpida que mandó al destazadero a un animal íntegro, con la casta y bravura suficiente para salir airoso de la pelea frente a la razón -o mejor dicho, estupidez- humana. En el ruedo hubo un Maestro, así se llamó el Toro, y la estupidez humana, de un Presidente que no tiene ni puta idea de esto, lo mandó a donde van los toros del diario y no los regios Toros que merecen volver al campo, como guerreros de mil batallas.
El 5to. fue un Toro también, un poco menos que el anterior, pero menos es decir casi nada. Un toro maltoreado por un torero egoísta como lo es Castella. Un toro que embestía de lejos, con alegría, que peleó en varas (dos veces, podría decirse), que acudió a banderillas, pero que terminó en la muleta ratonera de Castella, quien siempre termina con el maldito arrimón mentiroso, de torerito valiente, cuando este Toro era para lidiarlo de verdad, con profundidad, con ritmo, con pausa, con temple, dando la distancia entre Toro y torero, y no queriendo humillar como manso perro a un animal que se lo hubiera comido vivo. torero egoísta sos, Castella, pero ni mierda, el Rey es el Toro y por más que querás ser la Pop Star de los Ruedos, no vas a poder destronar a Su Majestad, el Toro. Otra faena donde el Toro, una pizca solamente menos Toro, salió victorioso, con el orgullo del Toro indultado aunque Castellita ofrecía su orejas como suyas, y no, eran un premio de reglamento a la decisión de un Toro indultado.
El 6to., también indultado, no desentonó y con poderío revelo la carencia de arte y técnica del pobre Guerrita Chico. Un pobre torero que no se quedaba quieto y se sacaba del recorrido de un bravo toro que los estaba volviendo papilla. Una faena pobre del torero, grande del toro, que demostró con sus argumentos, la casta y la bravura, las limitaciones de su adversario. De nuevo, un indulto, a mi modo de ver producto ya de la adrenalina que brotaba en el carnavalesco público de Cañaveralejo y los intereses de la Junta Directiva quienes pedían a voces el indulto, como espectadores de corraleja de 3ra. Pero no quiero demeritar al Toro bravo, que lo fue, y mejor por él, que pronto estará pastando con su reata de vacas en la dehesa de don Juan Bernardo Caicedo en las tierras del Tolima.
Al final, un encierro completo, con todas la de la ley y con las de más, que son las excepciones que hacen mágica a esta Fiesta. Al fina, para mí sólo debió -con rigor- concederse un indulto, que no se dio, y dos merecidas vueltas al rueda, pero creo que ya quedó claro que tenemos a una Presidencia estúpida. ¿O seré yo? Nah, con atrevimiento digo que es el de arriba. De nuevo, mil y mil gracias a tan serio ganadero que demuestra que los Toros bravos en Colombia existen y que están por fuera de esa mafia que maneja la Plaza de Toros de Cali, encabezada por Eduardo Estela Garrido y sus insoportables mansos de Puerta de Hierro. Queremos toros de verdad, no la mierda-toros de los Directivos. ¡Fuera todos ya!
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La Presidencia es un verdadero escandalo, yo creo que este hombre si no hace el ridiculo varias veces al dia no duerme tranquilo, cuestion de un cierto masoquismo quizas.
Tambien de acuerdo que siendo magnificos los 6 el que mas destaco pese a los esfuerzos de taparlo de Antonio Barrera fue el que hizó 4º de nombre MAESTRO.