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Lo prometido es deuda…

[Informe pendiente de la 1ra. de abono en Bogotá, a la cual no pude asistir, pero el viejo Boti, sí. Tarde pero llegó -es que la mandó por correo de mulas, creo yo. Saludos… Abadía V.]

Por: El Botija

Una vez terminado mi proceso de catarsis hacia los comentarios de Abadía, mi regreso a esta plazuela era inminente. Más excusas hubieran sido alimento de incrédulos.

1ra. de abono en la Santamaría. La plaza más importante de Colombia, y una de las de América. Las tres de la tarde y los tendidos no llegan a estar ni a la mitad de su aforo, las peñas regresan entusiasmadas y los aficionados… de todo menos aficionados me atrevería a decir, pues este título solo le queda a quien va a todas las corridas con la ilusión de encontrar ese toro que nunca hemos visto. Este día las boletas eran regaladas al primo, al hijo, al sobrino y al chofer.

En el ruedo poco que comentar, salvo la impactante voltereta que dejó a Solanilla (aplicado estudiante de la Universidad de los Andes) con el brazo ensangrentado y a una fiel barra de amigos con ganas de ver a su compañero salir en hombros, puesto que la cornada lo saco del ruedo esa tarde.

Arcila sin dejar mucho que decir. Su garbo flaco y elevado hace parecer que entre él y el novillo hubiese espacio suficiente para un tren, pases incompletos y poco ángel brillaron en los tres toros que casi no mató este alumno de la escuela de Cali. Sobre todo recordemos que se preparan para ser Matadores de Toros.

Y ahora mi amigo Jairo Miguel, a quien Abadía ya ha presentado en sus notas. Qué decir cuando se mezclan el «arte» del toreo y el desborde comercial. Me corrijo sobre todo el desborde comercial para «la nueva figura del toreo» a quien se le vió dichosa y sin problemas de tendones para firmar el centenar de fotos que pasaron desde el callejón a los tendidos. Y empiezo con esto porque fue lo que más mostró el mozuelo, puesto que en el ruedo abundaron banderillas que no emocionaron a nadie y faenas con tandas de a tres muletazos y cara a los tendidos para percibir el cómo me están viendo ¡si me hubieras visto a mi no habría dudado en gritarte que MAL y que pusieras las intenciones en el ruedo y no en quién te mira! Lo que me entristece es ver a un intento de torear que al matar mal no se pone triste por no lograr las cosas por las que entrena, sino a una estrellita que se frustra pensando en qué han de decir…

Total, otra más, apenas estábamos empezando.

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Esos son de verdad, que te lo digo yo

Anoche, última novillada del ciclo Pre-Feria 2007 (el viernes 21), presentó novillos de verdad, y novilleros que no sabemos de qué están hechos, porque de toreo vi más bien poco. Un fuerte dolor de garganta y una gripa más intensa es la consecuencia de andar aregando por temple, por ligazón, por distancia, por terrenos, por toreo.

Los Paispambas salieron bonitos, bien armados, bravos pero complicados como ellos solos.  Esos necesitaban -novillos de verdad- necesitaban novilleros -también de verdad. Pero como ya es la costumbre de Cañaveralejo, hay toros o hay toreros pero que al mismo tiempo se den, cero. (O sea, cero).

Y mis queridos Jairo Miguel, «El Jero» y Alzate lo vivieron. Es que, amiguitos, los novillos de verdad pegan, y que hijueputa si pegan duro. ¡Esos son de verdad, no son la carretilla de la Escuela! No es que me guste que los toreros salgan heridos, ni mucho menos, pero bueno, si vamos a torear, lo que se dice TO-RE-AR, a eso nos arriesgamos. Y que pena con ustedes, muchachos pero de vez en cuando es bueno que os manden por los aires a ver si aprendemos bien las lecciones de temple y mando, de distancia, porque a mí hermano más de una vez le quebraron reglas en la cabeza y así aprendió a leer y a escribir, y ahora él es orgullo de la familia, con beca y tales. Es que hay cosas de cosas, y una de esas es que la letra con sangre entra.  Alzate se ufanó el resto de la novillada su herida en el muslo -bueno, eso es cosa tuya- pero espero que haya aprendido la lección más importante de todas: LOS NOVILLOS SON ANIMALES DE VERDAD.

Y ahora no los estoy queriendo de ha mucho, se los digo, porque este dolor de garganta me está matando. Yo sé que es culpa mía ser tane escandaloso, pero me sacaron de quicio. Los tres. Miguel, tu estilo populista y «aflamencado» ya se me hizo exagerado, hombre, que no te vamos a dar música por un pase, niño, no señor. Viste que por andar mirando hacia arriba te dieron un revolcón. Además que fue a vos a quién más le grité, ¡porque me lo rajaste, Miguel, y era uno de los que te dan la gloria, pero no, me lo rajaste! y eso sí no te lo perdono. Además vos viste, el triunfo con las niñas es efímero, la que te tiró el peluche fue y te lo quitó. No me importa lo que hagás en el callejón, mientras cumplás en el ruedo, y ahí anoche la cagaste. Así de sencillo.

Y a mí querdisimo Alzate, que le puedo decir. Me preocupa porque como dijo mi abuela, ya te estoy cogiendo fastidio. Y estás muy joven. No aguanta, pero qué hago si no toreás, no respondés, ni esta, ni en la anterior, ni ante-anterior. Y viste, por andar arrodillado te pegaron duro, durísimo.  Y «El Jero» lástima que no oíste los gritos a Miguel, vos que estabas ahí al lado, porque hiciste todo lo que no debías hacer con tus novillos. ¡Que novillada más destemplada, peor que si yo me pusiera a joder con un guitarrón!

No hubo nada, pero nada de nada, sí, nada de nada de nada, en fin, nada de temple. Y claro, ahora den puros trapazos pa’ hacersele creer al público que el manso es el toro. Pero claro, si los ahogaron en tablas. Eran novillos de motorcito, de recorrido, resabiados eso sí, y con un sentido agudísimo, por eso se les complicaron, no solo a ustedes, mis queridos novilleros que se los echaron encima, a sus peones también; más de uno no sabía cómo poner esas banderillas ante tan inusuales -en esta plazuela- de tamaños cuernos. Además que grandes eran esos berracos. Las varas fueron muy buenas -4 de 6- y estos bichitos sí que le iban a los caballos, muy paispamba esto. Hubo buena pelea, pegaron y les pegaron duro, porque así es con los animales bravos.

Pero pa’ no deprimirme más por tanto desperdicio de toro bravo, apago esto y me veo pa’ la plaza a ver la corrida de colombianos. Y los novilleros lo dejo en paz. Ellos sabrán hoy que se levantaron adoloridos que hicieron las cosas mal.  Espero que los toros sean toros toros, porque no me canso de decir los de hacer fueron novillos novillos.

Abadía Vernaza

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¡Que aburrición!

No me he equivocado, ni mucho menos. Conozco muy bien el uso del verbo aburrir:

– Yo me aburro.             – Tú te aburres.

– Vos te aburrís.             – Él se aburre.

Y sobretodo: Nosotros nos aburrimos. Pero es que para definir la 3ra. novillada pre-feria no queda decir siquiera ¡que aburrimiento! Queda más bien decir ¡que aburrición! (Menos mal y estaba sin guayabo y la tarde no fue de mucho sol).

Los novillos de Puerta de Hierro: mansos, insoportablemente mansos. Y el único medio medio tirando a malo le tocó en suerte a un novillerito algo peor. El resultado,  una novillada larga, sin emoción, donde más de una vez preferí mirar hacia el tendido a ver si encontraba caras conocidas, o hacer chistes con mi hermanita menor y mi cuñada – a quien apenas le estamos enseñando sobre tauromaquia. El grito recurrente de la tarde: toreá, hombre, TO-RE-Á.

Y es que no es de mi gusto menospreciar a los toreros, ni mucho menos, pero es que a veces lo sacan a uno de quicio. Se comprende que son novilleros, que están empezando una carrera, que van por toda la gloria, que quieren agradar al público; hacerse un nombre. Pero para eso hay maneras. El cartel era José Arcila -novillero colombiano, que me parece es el que más cartel ha tenido y las veces que le he visto por lo menos no ha causado estragos-, Jairo Miguel -novillero español que tiene varias novilladas para la temporada colombiana, inclusive la de hoy, viernes 21- y J.F. Alzate, uno de los protegidos de la Escuela Taurina de Cali, y a quien le han dado corridas pa’ ver si responde.

Y créanme que no lo ha hecho. Se habla de sus buenas maneras, de su futuro, pero al menos yo, lo que se dice yo-yo, no se las he visto. Como decía maneras -literal y taurinamente- hay muchas, y las de Alzate 2 (su hermano también es novillero) no son de las mejores. Pareciera que en la Escuela Taurina de Cali tuvieran una cátedra llamada Toreo de Rodillas: el arte de no hacer nada. Y es que es verdad, todos lo hacen, indistíntamente. Ni siquiera se toman tiempo pa’ ver si el novillo tiene las características para tirarse al suelo y hacer unos pases decentes. Nada, un novillo manso, sin recorrido, sin embestida, sin siquiera darle un muletazo para medirlo y sacarlo hacia los medios. No, se le tiran igual. Y yo creo que tiene que ser uno muy muy como pa’ arrodillarse ante semejantes bichos. Eso es revolcada segura… Y así te la pasás, mi querido Alzate, arrodillado, porque no hacés nada más. Yo sé que al tendido le gusta, mi viejo, pero es que como digo: HAY MANERAS. No te le arrodillás a una bestia que apenas da dos pasos. A esos les das tres pases, mostrás su mansedumbre, y lo matás. Todos contentos. Vos te salvás de unas cuantas revolcadas, y yo de desesperarme -y hasta sufrir por vos- mientras te veo «voliando muleta», con un pie en tierra y el otro listo pa’ saltar. No sé. Hay que mirar primero al novillo, hay que ver con qué se cuenta. Así triunfás más. Pero sobretodo, torear. Esa es la gracia del asunto. Toreo serio. Toreo de verdad, hombre.

De las maneras, pues, las de Jairo Miguel son más aceptables. Un estilo prepotente, convencido de que es ÉL el torero. Tomándose su tiempo, con garbo, con gracia. Con la «mantalhombro», mientras que su apenitas manejable animal toma aire -¡o si no, se nos raja, Miguel, y es el único que tenemos! Bueno, no me molestó, de hecho le agradecí que a su segundo novillo -el peor de todos- le hubiera dado solo los pases necesarios, y pam pa’l destazadero. Populista, con «tendiditis», arrodillado también, pero dos pases, cuando se puede. Que sí, que le gusta a la gente, pero por eso, cuando se puede. Se ganó a la público en su primer novillo, recibió la única oreja de la tarde, y se curó en salud después. Resultado: repetir a los ocho días en la novillada final. Mirando al tendido y todo, hasta posando pa’ las fotos, pero con algo, alguito, de gracia torera, no con un cinco en Torear de Rodillas: el arte de no hacer nada.

De mi querido Arcila no se puede decir mucho. Dos bestias mansas, a las que mató ahí, con el tiempo apenas justo. Esperemos mejor suerte en los tardes que tiene en Bogotá y Manizales.

Novillada aburrida, «aburrada», porque ha mí eso del toreo arrodillado no es que me guste de ha mucho. Ya veremos que pasa con el repitente Miguel, con un Jerónimo Delgado -que no recuerdo de nombre, de pronto sí de cara, who’ knows- y un novillero aún por designar*. Mañana lo diremos, antes de la corrida de colombianos, la de colombianos pre-feria, porque este año tenemos dos en el abono.

*Así se anunció el cartel la semana pasada, y ahora que me meto al website de Cañaveralejo, buscando información precisa pa’ este blog, adivinen: repite José Fernando Alzate. Otra novillada pa’ ver si responde. Como que volvemos a decir: Ya veremos. Mañana lo diremos.

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