Archivo de la etiqueta: S. Castella

Mucho folclor, pero del burdo…

Es un verdadero placer volver a la Plaza de Toros, sobretodo después de sentir esa especie de cargo de conciencia por haber perdido dos festejos. Pero cuando se vuelve la corrida una mezcolanza de emotividades exageradas, el arte suele ser el primero que se esconde. Hoy, la Santamaría parecía un mar de sentimentalismos que poco aportaron a la corrida. ¡Se nos va, César, sí, sí, yo lo sé, pero tampoco, que no se nos vuelva esto una plaza de indulgencias!

Es que la corrida 3ra. de abono en Bogotá fue un verdadero zafarrancho donde todo el PÚBLICO quería despedirse a mitad de faena de mi amigo Rincón. Y a muchos -estoy seguro que poco les importa- se le olvidó el arte, pero antetodo la compostura. Una cosa es querer despedir a un amigo, otra muy diferente convertir una plaza de toros en una plaza de mercado. Creo que el César tiene por sí mismo los méritos técnicos y estéticos para seguir demostrando quién es, y porque está en el lugar privilegiado en el que se encuentra ahora. No necesita de aplausitos de consolación, ni que cada paso que da -extrañamente también los que da para meterse al burladero- sea un ole y grito de ¡Torero, torero! Se lo ha ganado con años de profesionalismo, y todos estamos eternamente agradecidos por todo lo que ha dado al mundo del toro. Pero él, creanme, que no necesita tanta melosería.

Los Achury Viejo. ¡Ay, mis Achury Viejos, qué les puedo decir! Tenían la buena presencia que se les exige en esta Fiesta, pero el comportamiento de alguno de vosotros dejó mucho, muchísimo qué desear. Los vi algo gordos, muy cebados, escurriéndose a medida que la lidia avanzaba ¿Mucho concentrado, señor Rocha? (Mucho pienso, en nuestra querida España). Porque así que les vimos lo que se llama fuerza, nanai, nadita, nadita. Algún animalito por ahí, de esos que mis amigazos de la radio llaman potable, pero pues yo creo que potable es el agua. Los toros, no. Los toros son bravos o no. La potabilidad es problema de ingenieros y de Empresas de Servicio Público. En la plaza eso no nos importa.

El triunfador de la tarde fue el reemplazante Castella -no me canso de repitir, a pesar de todo, mejor que Danko. Cuatro orejas el resultado. ¿Bien ganadas? Puesssssssssssssssss, depende de cómo lo mirés, no. Si sos acérrimo defensor del toreo moderno, pues sí, pero como acá no, pues sencillamente, no. No digo que mi querido torero de la voz infantil haya hecho las cosas mal. Salió a triunfar, a «demostrar» por qué la Empresa contó con él para llenar el hueco dejado por el ¿golpeado? Danko -la verdad, no soy mala leche, pero mi novillero torero de encaste Linares se hubiese complicado mucho con los Achuricitos. Pero bueno, hablo de Castella, el francés de lacito al cuello, quien salió a hombros de la plaza. No sé, para mí, el mismo guión torero. Primera faena, larga cambiada; la segunda, estatuarios. Sin terminar de convencerme, o más bien de razzle dazzle me. Sorprenderme en el ruedo. Pero bueno, eso me suele pasar con la Fiesta tal cual como está. Mucha oreja con la cual no salgo estupefacto.

El señor Rivera, el señor Ordóñez, el señor Rivera Ordóñez, simplemente no hace honor a los apellidos torerísimos que lleva a cuestas. Toreo mediocre, mendigo, arrastrado. Con muchas faltas que a su edad no le veo tiempo para compensar. De esos toreros que NECESITAN -así, cuestión de bronca u oreja- las banderillas, y como en Bogotá no las puso, pos os imagenaréis. Por que con lo demás, no hay nada qué hacer. El Rivera y el Ordoñez son lo único torero que yo le veo. Y pues  su hermanito Cayetano tampoco es que dé muchas esperanzas por la dinastías toreras.

Y ahora, Rincón. Comence este post hablando de una sensiblerería desmedida. Y lo termino hablando de ella otra vez. La primera de Rincón fue una buena lidia a un complicadísimo y bravucón Achury. Lidia con conocimiento, pero no del todo verdadera. Algo de ventajismo, abuso de pico para ser más precisos. Donde la negativa presidencial de conceder la orejita, desperto el amor furibuuuundo de rinconistas presentes. Pero el show comenzó en la segunda. La mayoría de la gente empezó a gritar a los 4 vientos, y sin importar cuándo, el amor que siente por nuestro torero. Y el punto culmen llegó, cuando al inicio de la faena de muleta, alguna gritó ¡César, retírate! y el indignadísimo maestro miró con cara de pocos amigos al tendido de sol, buscando a la fulana que había gritado tal improperio, y ahí se estuvo el tiempo suficiente para que el manso animal husmeara, escarbara, se aquerenciara y terminara reculando hacia las tablas. Y ahí se nos olvidó el arte, la tauromaquia -me incluyo por modestia, por que la verdad tanto show a mí no me fue- y se conviritió a la Santamaría en un circo de voces expulsando a la imprudente.

Pero dos cosas: 1. Por más inoportuno del comentario en contra, cada uno es libre de opinar, querer y pensar lo que quiera, y no por eso tiene que salirse, y 2. -más importante aún- Rincón le sobra tauromaquia para demostrar lo equivocada que podría estar la susodicha señora. Pero no, la plaza se volteó contra ella, y Rincón también, dejando al animal rajándose hacia los lados de querencia. Después, cuando se acordaron que la cosa era en el ruedo, animal no había. César Rincón se olvidó de lo que él tenía que hacer en el redondel y se metió en un nivel que estaba lejos de lo taurino.

Un nivel tan ajeno qué hasta el toro llevó parte en los insultos y los vituperios provocados por un comentario sin sentido. Al nivel de la política llegó la vaina. Algún radioman reconoció a la fulana y comentó su nacionalidad venezolana y como puede ser sabido por vosotros la relaciones gubernamentales entre mi nación y los vecinos del oriente no están en su mejor momento, así que esto se volvió un zafarrancho. Sí, así es, no hubo corrida de toros como tal, pero sí mucho chiste nacionalista cargado de politiquería barata. Chávez-toro, es solo alguno de los gritos que se dieron en el arrastre. Se nos salió el pueblo. Y como Cesarión se prestó para este juego en el 4to. toro, los demás también quedaron untados de tinturillas de política, desprestigiando, y a mi parecer ofendiendo, el propósito de la Fiesta. Pero les digo algo, no es la 1ra. vez que no pasa.

En conclusión, todos quieren ser los mejores amigos del torero en próximo retiro, pero se les está saliendo lo blando. Y olvidando que la mejor despedida sería la alcanzada con el Toro y la Tauromaquia de verdad. Por ahora, mucho folclorismo, pero del burdo y aburrido.

Abadía Vernaza

PD: La otra semana es rejones, así que pensaré un tema para comentar porque los rejones no son de mi total agrado. Tal vez, algo sobre política en los ruedos. O un grito que oí en la plaza: ¡Ganadería vieja! Si Achury Viejo es ganadería vieja, cuáles son las ganaderías nuevas, o acaso el señor quizo decir antigua, digo, en oposición a modernas. No sé.

6 comentarios

Archivado bajo Abadía Vernaza, Corridas, Santamaría

La disciplina del toreo

Por: El Botija.

Entrar al mundo del toro depende de sacrificio, de entrega. Nada de rumba ni de MUJERES. Es cuestión de estar mentalizado y entrenar, nada más que entrenar, es pensar en dos pitones y una muleta cada segundo que transcurre en la existencia de quien escogió la profesión, en la que se juega la vida misma. En lo físico y en lo mental, porque un día estás arriba y al otro basuras, y Abadía Vernaza y yo te estamos destruyendo (lo siento pero esa es la parte de nuestro trabajo en la fiesta, ser ese grupo de aficionados que no sabe conformarse con molinetes y monólogos de rodilla en tierra deslucidos).

Jueves 29 de diciembre: Toros de Puerta de Herro, para Antonio Ferrera, Sebastian Castella y Luis Bolivar. A Ferrera le vimos lo mismo de siempre, banderillas -bien lucidas por cierto- y nada más. A un Bolivar que no expuso mucho, en miras de cuidarse para lo que podía ser la corrida de su vida al alternar en mano a mano en la despedida del Maestro.

Pero voy a hablar del torero hippie -como lo llama mi mamá-, quien luciendo un hermoso traje azul noche y oro, y un pelo que le llega hasta los hombros, salió en el paseillo. Uno de los consentidos de Cali, dos veces triunfador del trofeo del Señor de los Cristales; el de incontable veces sacado a hombros por la Puerta Grande, y el de otras tantas asustadas por los astados que recorren estas arenas.

Sin embargo no vimos abosolutamente nada, un Castella distraído, desentendido del toro. Empezó su fena, me corrijo sus faenas, como siguiendo el libreto Sebastiano al que nos estamos acostumbrando. Con su pose de estatua en la mitad del ruedo, una larga cambiada que no fue lucida, y de ahí una secuencia de pases de esas que gustan en Cali, molinetes, de rodillas y pegándose tanto al animal que no se podía ver lucido sino guache. Todo lo que no se puede llamar toreo. Mientras tanto yo me preguntaba desde cuando era tan amigo de «Paquetico» Perlaza, pues su forma de torear reflejaba horas de entreno junto al diestro caleño.

Por el contrario, lo que ví el 31 fue totalmente distinto. Un Castella aplomado, con temple y con mando, toreando parado, quieto, alargando los pases, dándole profundida a la muleta y a las tandas, acomodándose de espalda para hacer redondos contrarios impecables, ese Castella que combina la picardía que le gusta la afición caleña y los categóricos pases de un verdadero matador de toros. Una faena que le mereció el premio a la mejor de la temporada.

Cual es la diferencia: que cuando se va a trorear, la noche anterior no puedes quedarte bailando y bebiendo hasta las seis de la mañana. El guayabo y el trasnocho se te notaban, matador, te deslucieron. Yo entiendo qué es venir a Cali, a pasear, y más en tu condición de matador de toros jóven y con cara de Barbie, pero las delicias caleñas no pueden hacerte olvidar el para qué estas acá. Para lidiar y matar toros. El Radisson es un buen hotel, y brinda buen entretenimiento por las noches, pero en Cali tu verdadero sitio es la Monumental de Cañaveralejo.

Si no eres capaz de tener disciplina, vuélvete criticón de toros y toreros como yo. Que así no haya sido capaz de levantarme con juicio los días de Feria a redactar con disciplina, solo puedo recibir un inocuo regaño de Abadía, quien por cuestiones morales no puede opinar mucho. Pero en cambio la falta de disciplina en vos te puede costar la vida y tu condición de figura del toreo.

Deja un comentario

Archivado bajo Cañaveralejo, Corridas, El Botija

Hoy disculparán la grosería…

… pero dejen de ser tan hijuep… ¿Guachicono mejor encierro de la Temporada 2007-2008? Tienen huevo. Suelten la rosquita, pícaros, ya están muy descarados. Acaso no recuerdan el encierro de Mondoñedo, con un toro indultado, dos desperdiciados por los matadores, y otro con vuelta al ruedo, que se declaró el mejor de la Temporada, y era aún más «indultable» que el mismo indultado. Eran toros de verdad, en presencia, en tamaño y en bravura. Todos rindieron en alguna forma. Por algo acá se llamó a ese post: Toro, Toro, Toro. Porque hubo más toros que toreros.

Así que dejen de ser tan hijuep…., amañados y mentirosos. Guachicono no se ganó ni mierda, no se merece nada. Don Luis Fernando Castro, no seás tan ladrón, embustero y atrevido. Ya suficiente es que estés acabando con la plaza, junto a tus compiches González Caicedo y Estela Garrido, pero no te quedés con los méritos que no tenés. Ganate las cosas con limpieza, con claridad, con toros bravos. No con los novilletes de medio pelo del 1ro., ni con los burracos de Alhama -peor encierro-, propiedad de tu señora esposa ¿Igual de amañada, doña Venus? no me sorprende. Ganate las cosas con orgullo, con clase, con seriedad. Jajajajaja indulto al chivito de Alhama de Rincón? guardá el pañuelo, por favor, tené algo de clase. Recordá que sos el ganadero-directivo, no un superficial espectador más. O sí es así, dejá tu comodísimo palco, y subite al tendido tres a pedir oreja y música por todo, «doctor».

El colmo ya. Es insulto mucho mayor con la afición de verdad, con los que amamos y conservamos la fiesta.

Lástima que este hecho empañe aún más una desastrosa temporada, triste y aburrida. Y sobretodo, los méritos de Rincón y Castella, quienes limpiamente SÍ se merecieron el Trofeo Señor de los Cristales a labor en conjunto (menos mal y no fue Paco porque sería la puntilla final a una agonizante plaza), y a Mejor Faena respectivamente. Ambos toreros los hicieron con respeto, profesionalismo, gracia y sapiencia. Se los merecen, de verdad, quedo conforme.

También el premio al toro «Cavador» de Mondoñedo. Un toro de verdad, con bravura y casta, al que Ramiro Cadena apenas pudo torear. ¡Pido, disculpas en nombre de ellos, toros de Mondoñedo, en mi alma queda el recuerdo de ustedes como mejor encierro! Nada fue en vano, están aquí adentro. Yo les otorgo un premio simbólico, pero que redime un poco tan insultante decisión de la Plaza, como Mejor Encierro de la Temporada 2007-2008: Mondoñedo.

Te hago entrega del Trofeo Plaza-Blog de Cañaveralito, y suscribo la Mejor Faena a Castella, labor en conjunto de Rincón y al toro «Cavador» como mejor animal -de verdad- de la Temporada.

¡Maldita sea, hasta nos roban los premios, que descaro!

Abadía Vernaza

1 comentario

Archivado bajo Abadía Vernaza, Cañaveralejo, Cañaveralito, Corridas

Por fin empezamos… el último día del año

Es que ya estabamos totalmente resignados a ver una temporada de burros, chivos, perros y torcazas. No había salido -en el grueso de la Temporada, es decir 25 al 1, un toro de verdad, de más de 5oo kilos, con hechuras y sobretodo, con edad. Los Juan Bernardo Caicedo de ayer, lo fueron. Incluso, el sobrero de Paispamba cumplía con esto.

Ayer fue la primera corrida de toros de la temporada. Alguno manseó, pero el juego en general fue aceptable. Hasta uno de los dos toros devueltos por problemas en las pezuñas se mostraba bravo y encastado; lástima que haya muerto tan ingratamente en los toriles. Que diferencia es ir a una corrida de toros y ver toros de verdad. Ayer solo hubo 2 orejas, pero salí contento, con los toros y con dos de los toreros.

Porque hay un torerito que nada que ver. Adivinen quién. La némesis del toreo; el mayor exponente de la Cañaveralejo en decadencia. Doy una pista: empieza por PA, y termina en CO PERLAZA. ¡Dios mío, que paquete! Tantos años ya de torero y sigue haciendo lo mismo. Y lo peor, es que la afición le cree. Le cree a este torero criollo, sin gracia, sin suavidad, sin arte, sin tauromaquia. Apuesto a que soy capaz de definir su toreo: MALO, perverso, a 10 molinetillos mal hechos y a otros 10 pases arrodillado. Como quien dice, Paco «paquete» Perlaza torea a «paquetinas» -entiéndase el pase hecho de rodillas y en patines, que busca trapazos al toro sin temple ni mando, o sea, no es un pase, es un p.

Pero como Paquetico Perlaza tiene la particularidad de hacerme sulfurar y sacarme de casillas, mejor lo dejo ahí, con su toreo inconcluso, paupérrimo y vacío. ¡Sí, Paco, así sos! ¿El torero que España espera? Mi cu  . ¿Ganador dos años consecutivos del Trofeo Señor de los Cristales? Que vergüenza, que tristeza. Pero bueno, mi Paco, tranquilo que nunca seremos amigos, y jamás me acercaré a pedirte plata. Don’t worry.

Mejor me dedico a los toros, y las buenas faenas de los otros toreros: Castella y Miguel Ángel Perera. Ambos cumplieron con creces su labor. Castella -así es el mundo del toro- estuvo desteñido, enguayabado hace unos días. Ayer salió con temple, con mando. A parar al toro y lidiar de verdad. ¡Y lo conseguiste, Sebas, lo hiciste! Viste que cuando no salís a repetir el guión pa’ Cañaveralejo y toreás de verdad, triunfás. Que bonita faena la que le hiciste a tu primer toro. Dos orejas bien ganadas. Y que empeño pa’l segundo. Bravo, torero, así me gusta.

Y Perera, que torero, que suavidad. El peor lote, yo sé, que lástima. Que lástima tener que ver tres toros a Perlaza -uno regalado por el Ganadero- y solo medio uno de Perera -mansurróncito, y su segundo se lisió a las segunda tanda de pases. ¡Que pesar no haber podido ver tanto torero! Pero así es el fútbol. No hubo posibilidad de triunfo para Perera, pero dejó un gran sabor, el mismo que los toreros de verdad dejan con solo dos pases.

Me alegra haber visto toros, y dos buenos toreros. El lunar? Mejor dejemos así. La corrida del 31 de diciembre levantó algo la Temporada. Pero una corrida no es suficiente.

Abadía Vernaza

Deja un comentario

Archivado bajo Abadía Vernaza, Cañaveralejo, Corridas

Mucha oreja, poco arte

Es que así estamos acostumbrados en Cañaveralejo. A repartir orejas a diestra y siniestra. Por que sí. Por un aceptable par de banderillas, por una larga cambiada, por pegar 30 muletazos ahí. Y todo es un ole. Mucha oreja, poco arte, la corrida del 29.

Los toros de Puerta de Hierro sosos como no es sorpresa. El marqués del toro manso, del toro brocho, del torito chiquito. Y aquí seguimos los que esperamos los verdaderos toros, preguntándonos a qué venimos, para qué perdemos plata, para qué permitimos que se nos robe de frente y sin escrúpulos. Por amor a S.M. El Toro Bravo. Aquel toro que no da derrotes, que no cabecea, que se traga el engaño con codicia, que humilla, que arranca al caballo, que pelea en varas, que persigue a tablas, que pelea con bravura, con nobleza, con casta. El Toro grande, bien armado, el toro bonito, con suficientes años para ser toro-toro, y no un novillete. Pero bueno, esto parece ser una ilusión en Cali.

Pero acá sin toros, sin nada, hay orejas. Muchas orejas. Cinco orejas bien ganadas en una tarde sería una maravilla, algo espectacular, increíble. Pero más increíble es una tarde de cinco orejas y salir con el corazón arrugado, con la tristeza de una tarde para el olvido. Ahora es así en Cali. Mucho tilín tilín y nada de paletas. Parece que se han creído el cuento de ser amables y cálidos con la visita -¡pa’ que vuelva, pa que vuelva!-, y como hay que ser buenos anfitriones se reparten orejas de cortesía -casi al mismo nivel de las boletas amarillas regaladas que reparte la Empresa pa’ ver algo de gente en los tendidos- con tal que los de afuera se sientan como en casa. ¡Que queridos que son! Orejas pa’ todo el mundo.

Esa es la verdad. La triste y regalada verdad. Porque de arte no hubo nada. Sin toros no hay nada y sin toreros, menos. Rincón demostró que algo, alguito se puede hacer con sapiencia y tauromaquia, pero es que Rincón solo hay uno. El resto, ay ay ay. Hasta ahora el más destacado, Luis Bolívar. El único que sacó algunos muletazos aquella tarde ante los mansurrones de Puerta de Hierro. Soy bolivariano, lo acepto -no confundir con prácticas políticas de izquierda, aunque sí la izquierda de Bolívar, nuestro Luis, es muy buena. Suele sacar hermosos naturales con la siniestra. Jamás Perlaziano, lo siento. (Por eso decidí no decir nada sobre el 27, se lo dejo a mi compay Botija).

Al ñañito de Cali, Sebastián Castella, parece cada tarde un video. Con guión y todo. Siempre el mismo pasa largo y cambiado. La misma arrimadera truculenta, la misma forma de ahogar el poquísimo recorrido de los torillos. Además que ahora se le ve destemplado, desubicado y sin gracia. Parece que tu cuartico de hora pasó, mi querido Sebastián. Al menos yo, ya no te creo. No sé cómo lo hiciste en Madrid, pero seguro que no es como lo hacés acá. Pero fresco, muchacho, que acá estamos de Feria, y te dan orejas de bienvenida y de despedida, además de mucha rumba en el Radisson Royal. Y a mi amigo Ferrara, pues qué le digo, valentía en los recortes al toro, me gusta como lo jugás, y algunos de tus pares, pero ya, no más. Y el toreo no son banderillas, es lidia, amiguito, es lidia. Ni arrodillarse, ni bailar, ni desplantar, ni mirar al tendido, es lidiar.

Y bueno, si la gracia es hacer sentir bien a los toreros, atenderlos (gracias mujeres de Cali, pero dejadles algo de energía, no los consumáis), y demostrar la calidez caleña, pues repartamos orejas. Sí, orejas, pero las de hojaldre, que son deliciosas y de esas si podemos mandar a hacer con cantidades, cientos de cajas, porque la del toro son solo dos, y esas se ganan de verdad, porque de esas no hay muchas.

Abadía Vernaza

1 comentario

Archivado bajo Abadía Vernaza, Cañaveralejo, Corridas