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Las formas de Daniel Luque y algunos detalles más.

Aunque no había escrito (por motivo de viaje), sí pude estar en la 1ra. corrida del año 2010, la llamada «del toro», donde se presentaron Álvaro Montes, Paco Perlaza, Guerrita Chico, Sebastián Castella, Luis Bolívar y Daniel Luque. Un cartel de medio pelo si consideramos los festivales de beneficencia que se organizaban antes o, sobretodo, los concursos de ganaderías. Pero bueno, esta es la Cali de hoy, de medio pelo. Eso fue la corrida del 1ro de enero.

Los toros de la ganadería de La Carolina, Santa Colomas a más no poder. Fue un encierro promedio, ni más, ni menos. Todos se revolvían insistentemente al recibir castigo, pero por momentos despertaban una pizca de peligro. Toro malvados, malencarados, traicioneros. El 6to. ha sido el animal de comportamiento más extraño que he visto en mucho tiempo. Mansurrón en ocasiones, en otras sacaba una «piedra» interna y arreaba contra todos. Por lo menos, no era estúpido. El encierro tuvo su ají, y puso en problemas a los de a pie (ya saben que del que va a caballo no hablo).

Paco Perlaza, nada. Espada de novillero. Guerrita Chico, el animal lo dejó por los suelos, evidenciando toda su carencia de torería. Lo dejó completamente desnudo antes un público que se le vino encima. Sebastián Castella, como el más mentiroso torero de la Temporada. Para mí, Castella es un espejismo torero, una mentira, una posmodernidad torera. Puro toreo pop. Luis Bolívar estuvo un poco más decoroso que sus otras tardes. Ligó algunos pases, sacó algo de su casta torera y pudo sembrar la duda sobre su momento. Daniel Luque fue para mí la sorpresa. Había leído de sus formas «originales», mostradas durante el año en España. Y la verdad, no sé si son originales o no, sus formas son distintas. Me pareció un hombre con mucho temple y mucha energía. Me preocupa que tiene tanta hambre de triunfo que puede terminar afectado con Tendiditis y el falso toreo. Sin embargo, esta noche lo vi toreando con un estilo distinto, arriesgando su integridad de verdad (mostrando lo falso que hace Castella). Y tengo que aceptar que se ganó mi corazón toreando al natural con ambas manos. Hace mucho quería ver a un torero haciendo eso. Me gustó su estilo torero, eso sí tremendista y bullicioso, pero con sitio y temple. Y eso también vale.

La corrida, en general, tuvo sus detalles. Tanto de toros como de toreros. Al menos, tristes y emputados no salimos. La cosa es que ahora es la gran cosa, cuando antes era algo de todos los días. Así decía el tendido.

Se ha terminado Cañaveralejo para mí. Evidentemente, estuve pendiente de lo que sucedió el 2 de enero con Guachicono. Pero como dije, no voy a comentar nada. Espero que alguno de mis compañeros de tardes se motive. Si no, aquí se cerró la Temporada Taurina 2009-2010 en Cañaveralejo con un saldo pobrísimo. Una vez más, la Empresa pegó tremendo petardazo y la Plaza de Toros de Cali sigue caminando hacia una muerte segura y poco honrosa. ¡Que tristeza!

Abadía Vernaza.

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Dissapointment (porque el año pasado ya hubo uno llamado «Decepción».

Uno se empercha, se pone los zapatos apropiados, se llena de ilusiones para ir a la Plaza, se acomoda en el tendido y espera que la Fiesta empiece. Bolívar, hasta Castella y los juanbernardos en el cartel. ¿Qué puede salir mal? Esta es Cali. Y las cosas no salen, que el toro, que el toro, que el toro. A ver, en serio, esta vez fue pura desidia torera. Que decepción verr a Bolívar tan poco entregado, perdido, encartado con los juanbernardos. Toros bravos no eran, lo sé. Pero eran unos hijoputas, pura mala leche, animales peligrosos, de verdad. Toros en comportamiento, así sea para volverse unos malparidos malgeniados, con sentido agudo y avispado. Es que, a ver, el Toro es un animal con un inteligencia desbordante, animal de lucha constante. Los hay nobles, los hay traicioneros. Los hay bravos, los hay bravucones. Y obvio, salen mansos estúpidos.

Hoy, los juanbernados salieron más complicados que la cagada de un tullido. Habrán diferencias pero acá no nos ponemos que el 2do., fue potable, el 4to. no, y así. Acá vemos la corrida, hablamos mierda, tomamos guaro y gritamos «sandeces». No hay tiempo pa’ hablar y/o rescatar irrelevancias. Eso que «resultado artístico», nanai. Esto no es fútbol. Pa’ eso están los goles. Acá hay o no hay. Animales, al menos bestias brutas y peligrosas hubo, eso es parte de esta Fiesta. No esas caretillitas que se tiran y pasan que uno no se dá ni cuenta. No hubo toreros. No hubo lidiadores. No hubo tauromaquia. A Castella, su torería me aburre, me pongo menopáusico y tales. Es que es un torero egoísta, sin sitio, sin mando. Puro lucimiento pa’ él. Pa’l animal, nada! Y conmigo pérdidas. Ah, sí el man cortó una oreja. Y qué.

Bolívar, triste. Decepcionante. Sin lidia. Y ambos, mandando mantazos cuando los hoscos juanbernardos se les cagaban encima. Y nada de honor torero en medio de un Mano a Mano. Ni siquiera cuando el 2do. de la tarde se partió ambos pitones y Luis Bolívar siguió la lidia. ¿A quién? A un animal disminuido y malherido. Poca honra hacerle algo a eso. Triste.

Los toros eran una bravuconada con sentido y peligrosa. Pero habían animales, de esos que propinan cornadas y percances. Al menos, pedían lidia y toreo despierto. Y nadie se la dio. Y ¡no, pues, qué cagada! Corrida de expectación, corrida de decepción. Un día de estos me pego una borrachera y grito cualquier redondo destemplado que se pegue. Es que hoy me dijeron que era muy joven para ser tan ortodoxo. ¿O me las pico? Parecemos del Opus Dei. Don José María Escrivá de Balaguer estaría orgulloso.

Tengo que destacar un par de varas más allá de la costumbre que se tiene en Cañaveralejo.

Ahora, escucho en TV que los toreros tuvieron inteligencia y clase. ¿Puta, a mí dónde me criaron?

Abadía Vernaza.

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Julián López «El Juli».

Antes de empezar quiero seguir insistiendo en mi indignación con el «indulto» del toro «Fulero» de El Paraíso. Lo hago porque el Toro sí fue un buen, que en otras manos hasta de pronto hubiera armado un zafarrancho, pero no, así no fue. Y la orden de Presidencia fue que el toro debía morir y como fue devuelto después de los tres avisos, la decencia taurina y el Reglamento Nacional en su artículo 70 exige que debe ser apuntillado en presencia del Inspector de Plaza. Pero como acá las cosas NUNCA son lo que parecen, el toro se lo quedaron los Hnos. Estela. Por lo menos, esperemos que le dé algo de sangre a esta pobrísima ganadería. A caballo regalado no se le mira el colmillo, ¿no Eduardo? Lástima que las cosasacá se hacen por la otra, por la trampa, por la doble. Así son sus teje-manejes en Cañaveralejo y así acabaron con la Plaza, orgullo caleño y colombiano. Porque se amangualan pa’ sacar su tajada y se siguen burlando del público caleño. Ese toro debe ser apuntillado, en presencia pública y con registro en acta de Junta Técnica. Acá está la carta que entregamos a Presidencia, a Periodistas y a la Peña Taurina La Sultana. ¡Debemos hacer respetar el Reglamento y acaba con la mafia que maneja la Plaza de Toros de Cali! Esto no se puede quedar así.

Sigo con la corrida. Este festejo del 28 de diciembre y la de hoy -29- son las dos que, en el papel, pintan como las mejores armadas del ciclo en Cañaveralejo. La euforia se está yendo al 30 con los nombres de El Juli, Castella, y Bolívar. Pero todo el mundo olvida la maravilla de ganadería que está anunciada, Puerta de Hierro. Eso me huele al mismo petardo que se pegó el año pasado. O mejor, con la despedida del Maestro César Rincón, hace dos cuando se corrieron las misma vuelta de Ambaló. Es que son la misma mala monta. Pero bueno, a pesar de la manito echada por la Autoridad siguen pasando cosas, cosas sucias. Y todo esto a qué viene. Yo estoy seguro que a pesar de la resistencia de ciertas figuras a no torear ciertas ganaderías, el Toro colombiano tiene un prototipo al que estos toreros no son muy renuentes y hay sangres bravas que son tiradas a corridas de relleno, dejando a las Ganaderías de la Empresa ¡Síiii, así! con corridas de buen cartel pero pésimo comportamiento de las torcazas.

El encierro de Ernesto González Caicedo fue manso. Mansedumbre a diestra y siniestra. Esa mansedumbre de carretilla, animalitos que iban y venían sin meterle huevitos a la pelea. Animales de esos que uno ni recuerda cómo se llaman. Ni cuántos 400 kilos pesaban. Animales sin trapío, sin presencia, sin poder. Animales que en manos de brutos, se transforma en una corrida insufrible, soporífera. Menos mal, había alguien como inteligente en el ruedo. A El Juli, como cualquier aficionado caleño que asiste a la Plaza hace más de 10 años, conozco desde que era un pollo lo más de pintoso y hacía las delicias de mis amigas, no-amigas y amiguitas. Acá vino de novillero y armó la «chupamelculo». Después volvió como Matador de Toros y la armó otra vez. Y así, hasta que dejó de venir a Cali. Obvio, era un espectáculo pa’ las masas, el niño genio, el prodigio de España y México. Pero no volvió. Cayó en ese bache donde todo el mundo lo dio por muerto, por acaba’o, que se le había ido el toque mágico, el dedo que todo lo volvía oro.

Sin embargo, nunca le había visto tan inteligente. A mi modo de ver, dio dos lecciones de lidia, entendiendo bien a dos tontos mansurrones de Ernesto González. Eso sí, peligro que uno diga que bruto, no hubo. Pero sí hubo mando a dos idiotas que ni sabían pa’ qué estaban ahí. Cali pudo ver a ese niño banderillero, capotero y papasito, toreando con la maestría que poco llevan por dentro. Y me encanta. Me encanta porque así reducimos los niveles de ignorancia un poquitico, profesor Súper O. Con cátedra de tauromaquia. Porque de eso se trata todo esto. No se trata de repartir mantazos cual borracho voleando el poncho. Hay que torear. Cosas que para no dar más detalles, Perera no hizo, ni por error Y así y todo anda encaramado por allá en las nubes. Cosas que pasan.Pero a «El Juli» se le vio con más peso en la cola, como diría mi madre. Y sí.

Otro torero que siempre he defendido es a Diego González. Me parece la torería más desperdicia entre los matadores colombianos. Lidió con mediana decencia una chotada de lote. Pero como decíamos en tendido, ser torero es creerse el cuento. Y Diego como que nunca lo hizo. Lástima. Al final, una salida a hombros, con una tarde en la que sigo acordando con todas las decisiones de Presidencia. Es más, estoy empezando a dudar si el hombre no es del parche de nosotros, de esos que cantamos huevadas por los lados del tendido 1.

Pa’ la terminación de esta chorrera quiero preguntar algo. ¿Ud. no está mamado de los wannabe chistosos, que gritan como Ole como si le mordieran las bolas? Yo sí. Es que hasta eso se murió en Cali, el bullicio divertido pero conocedor que nos entretenía en años pasados. Y ya. Nos vemos en la Plaza con Mano a Mano entre Bolívar y Castella. Y los juanbernardos. Hasta me ilusioné. Adiós.

Abadía Vernaza.

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