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Luis Francisco Esplá en Colombia.

[Actualización: Lastimosamente, por motivos personales que se agravan por el costo del «gustico»,  no podré viajar este domingo a Duitama. Me duele muchísimo no poder hacerlo, sabiendo que son las últimas oportunidades que tengo de ver algún día a «Paquito» Esplá, como dijo mi tío quien recordaba haberle visto poniendo banderillas magistralmente por allá en los años ’70, cuando tuvo un paso fugaz por Cali. Es una pena. También estará en Armenia el 17 de enero. Tampoco puedo esa fecha porque empieza la Temporada en Bogotá ese mismo día. Tristeza taurina la que siento hoy al escribir esto.]

Me acabo de enterar que el maestro Luis Francisco Esplá toreará en Colombia el próximo 10 de enero. Lo hará en la Plaza de Toros César Rincón en Duitama, Boyacá. Será la despedida de América de un torero que sólo he visto por videos y del cual he leído sus ponencias en diferentes Congresos Taurino y Encuentros de Aficionados. Es una corrida que no me perderé por nada del mundo. Desde mañana me pongo a gestionar las entradas para el próximo domingo junto a mi compañero de andanzas Felipe Botero y, tal vez si se nos pega, mi hermano menor, buen aficionado también. El cartel lo completan Sebastián Vargas, torero de la tierra, que salió mejor parado en Bogotá frente a José Tomás y José María Manzanares con un justo indulto y Uceda Leal, matador de toros que siempre ha sido de los quereres de esta casa. Los animales, de don Jerónimo Pimentel con su hierro de El Paraíso. La cosa pinta.

Sé que en España habría varios blogueros como Rosa J.C. o Manon, entre otros, se nos unirían a este periplo por una de las tierras más taurinas de Colombia. Fue una gratísima sorpresa, sobretodo después de esta decepción tan grande que fue Cañaveralejo.

La foto, como es costumbre es de Manon. De ahí enlazo este post «Historia (incompleta y mal contada) de una tarde apasionante», despedida de Esplá de Las Ventas en Madrid. Para mí, de las pocas cosas que quedaron del 2009.

Abadía Vernaza.

PD: También quiero rescatar que ese mismo día se celebra una corrida de toros en la Plaza de Toros «La Morenita», en Choachí, Cundinamarca. Toros donados de «El Paraíso» para Ramsés, Juan Solanilla y Moreno Múñoz. Esta pequeña plaza también es de esta casa y hasta hoy mi rumbo era hacia allá. Pero Esplá puede con todo. Prometo un post cuando baje la marea taurina sobre «La Morenita» y la gestión que hace el señor Pimentel a su Escuela Taurina.

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¡Hemos vuelto! Novillada y algo del bororó con Guerrita.

Pero antes, hay que decir las cosas como son. Y las cosas son que este año no iba a hablar de la temporada taurina de Cañaveralejo. ¿Por qué? Simplemente, porque este año no estoy abonado. Este año, por compromisos en otras tierras, no estaré hasta el final de la Feria. Es más, no iba a estar en Cali durante las fiestas de Fin de Año. But, that’s life. Heme acá, de nuevo, yendo a Cañaveralejo por no sé ya cuántos años consecutivos. Eso sí, no voy a todas y de esas me callaré. No me importará que escuche, que me cuenten, nada. No hablaré. Si Felipe Botero o alguien más de mi entera confianza sobre su criterio taurino asiste y así mismo se motiva, lo publicaré. Evidemente, bajo su nombre y no el mío. «As clear as an unmuddy lake» como diría Alexander DeLarge. Ah, y hasta ahora, vamos hasta el 31.

Va larguito, estas están saltables. Pero se pueden leer, como por no dejar.

Ahora sí, procuraré no hablar tanta cháchara. Rápidamente, comentarios sobre la Temporada en general, cómo está montada y eso: ¡Pues salta a la vista! En el papel, una temporada más decente. Se nota algunita manito (¿de quién será, de quién será?) aunque haya sido suavecita. Eso sí, mucho Luis Bolívar, mucho, mucho. Pero bueno, el hombre tiene la ventaja de ser caleño y figura. Hay cómo meterlo ¿Sabéis por qué no firmó en Bogotá? Indagad, se escucha un chisme bombi. Se percibe una temporada más decente, cón «algo» por ahí. Un no sé qué, no sé dónde, y como que así ha vendido. Es que cuando se meten la narices al menos pa’ tratar de pillarse qué habas se cuecen pues la cosas cambian. Esperemos.

Entrando en materia de la novillada, sosa, tediosa, como suelen ser las novilladas en Cañaveralejo. ¿O las corridas también? La verdad, ni una pizca de emoción. Obvio, son pelaos, empiezan, tienen mucho camino por recorrer. Y de eso se trata la vida, o al menos así me decían los viejos, de aprender. Como dicen, hay que leer. Y todos seguimos por ese camino. Pero en sí, la novillada muy poco en ella. Suertes mal ejecutadas, lo que se traduce en una pésima lidia y terminado en una sosísima noche de corrida. El comportamiento de los novillos de Paispamba dejó mucho de qué desear. Los vi flacos, escurridos y apenas aceptablemente armados. El 5to. fue castigado con unas justas banderillas negras, de las cuales sólo se pusieron 2. Pero hay que resaltar que es un castigo completamente olvidado y que poquísimos exigen. «Ay, que banderillas tan feas», comentaban algunos. Pero todos sabemos que el día de la cabalgata, de noche, en ese «mierdero» y novillada, no se va a toros, porque ¡ajá, pa’ qué! Así se vio. Ni fu, ni fa.

Seguir leyendo después del salto que ahora empieza lo carnudito, sí que sí.

Segunda de abono. 1ra. Corrida de Toros. Aforo de 1/2 plaza. Toros de El Paraíso para los matadores Paco Perlaza, Guerrita Chico y el rejoneador Álvaro Montes. Se ha celebrado una aceptable corrida de toros, de comportamiento irregular tendiendo a potable y bueno…

Nah, vosotros sabéis que acá no hablamos así y no nos ponemos con pendejadas. Al punto, al grano, al furúnculo del asunto y que es lo que los tiene buscando en Google y disparando las visitas (y supongo que a otros, why not, blogs de toros que hablen de Cali). ¡A lo bien, y de puro tas tas, Guerrita Chico la cagó! Cometió el error más estúpido que pudo haber cometido en su carrera de ¿matador? de toros! Mirame, compay, morder la mano que te da tu corrida más importante de tu calendario, eso no hace. Ahora, desconocer la autoridad de la Presidencia es  más grave aún. ¿En virtud de qué? De un buen toro que daba para una faena importante pero dudo mucho la excepcionalidad (obvio, del animal) que exige el Reglamento Nacional Taurino para conceder el indulto. Así que vamos por partes:

1. Guerrita Chico tiene su corrida más importante en Cali. Digamos, esta es su plaza. Acá se forjó como novillero y matador. Acá tiene una cita año tras año y en esta es la única que lo veo anunciado en una plaza de 1ra. categoría. Entonces, simplemente, una soberana estupidez hacer eso. Es la peor deshonra y más aún si es siendo en una plaza que le ha apoyado. Es morder la mano que dá de comer, como se dice por ahí.

2. Desconocer la autoridad de la Presidencia, sobretodo en una completa falta de criterio profesional ¡Imperdonable! Ausencia de toreria total. Completa ausencia de profesionalismo. Completa ausencia de conocimiento de la tauromaquia, de las condiciones del animal, de la lidia. Peor aún de amor propio y de conciencia de lo hecho en el ruedo. Que el público festivo y guapachoso pida indulto, pues bueh, eso pasa hasta en la mejores plazas del mundo. Que pesar el torito y así. Pero de un profesional del mundo del toro es incompresible No quiero usar palabras fraude, desvergüenza e irrespeto… Ups, ya lo hice. Pero bueno, es verdad. Dejemos así y sigamos con el sermón. Entonces, pa’ redondear, es un muestra de la incapacidad profesional del matador de toros, lo que deja en entredicho sus conocimientos, maneras y pundonor torero. Y de eso se trata todo esto. De arte, de técnica, de torería. Por ahí leí que Guerrita Chico si volviera a nacer no sería torero. Hombre, yo también escogí mal qué quería hacer en la vida y cambié. No es el fin del mundo. Hay otras opciones. ¿Y por qué digo esto? Porque es cierto. Demostró incapacidad y desconocimiento.

Ahora, se vienen otras implicaciones. Escribo esto en hot, hot, hot, pero tengo pendiente revisar bien el procedimiento a seguir y procuraré velar por el cumplimiento de este. Multa y veto son las que deben aplicarse. El Presidente actuó bien, insistiendo en avisar la excesiva tardanza y desconocimiento de su Autoridad al ordenar la muerte de un toro sin «excepcionales condiciones y comportamiento durante la lidia». Ah, qué dijeron, que yo no leo. Y Guerrita se pifió, es que no hay de otra.

Ahora, como en Cañaveralejo las cosas no suelen ser lo que parece, mi malpensamiento y agriura, porque bien Grinch soy, me hace pensar cosas, cositas por ahí. Y como uno para oreja y además se imagina cosas, pues ese «indulto» (DEVOLUCIÓN A LOS CORRALES, ehem) tiene un tufito que no se me va a escapar. Torito vivo y padreando, mis polacas. Pero ahora dejemos ese temita así.

La Presidencia está actuando con mano dura (y poco corazón grande jeje). Eso hay mano metida por ahí. Se ve, se siente, el Valle está presente. Y pues nada, pa’ eso está. Aplaudo decisiones acertadas y Reglamento en mano. Que siga así porque pa’ eso está. Me indigna que un torero que acusa tanta incapacidad vaya a Cali, pero también esos teje-manejes que aún no están del todo claros. La buena actuación de la Presidencia, en representación del Gobierno de la Ciudad, es el principio pa’ tratar de acabar ese zafarrancho que es Cañaveralejo y que terminó en ese fiasco de temporada que fue la pasada (Lo que nos motivó a cantar verdades el último día. Y gustaron los versitos, saben. Mucha gente los recuerda con cariño y ternura. No podíamos quedarnos callados. Simplemente, no se podía).

No me gusta dejar de lado al Protagonista de la Fiesta, así su papel en la tarde esté relegado y hasta desaprovechado. Del encierro digo que me gustó, en general. La ganadería de El Paraíso siempre tiene esa pizca de emoción y raza que salva tardes Al menos, para mí, tres de los animales tuvieron esa punta de bravura. Animales sin la vistosidad y trapio que en muchas ocasiones ha mostrado Pimentel, pero algo de raza. Lástima la incompetencia de los matadores de a pie, Perlaza y Guerrita por si las moscas (sabéis que de rejoneo no hablo, pero me gustó en algo). Pero mientras exista pésima lidia por falta de tauromaquia, pérdidas. Se fueron buenos toros al destazadero y nosotros a hablar de decretos, reglamentos, sanciones y cosas de esas. Así es esto. Seguimos esperando la «comunión». Y mientras tanto, nos entretenemos con los farolines tan chuscos que se arman en los alrededores. ¡Ay, volver es tan divertido!

Se les quiere.

Abadía Vernaza.

PD: Les prometo Artículos del Reglamento Nacional Taurino pero es que en Cali estamos de Feria y uno llega tarde a casa. Y hay que dormir. En serio.

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Y esto para qué…

Sin ánimos a generalizar, ni ofender a nadie, esta corrida fue como esas reinas de belleza que son divinas, pero por dentri dejan mucho qué desear. Una belleza superficial, la de los toros de El Paraíso. Jaboneros en la mayoría del encierro, con buena cara, aceptable cornamenta, algunos con buen peso, otros más cebados, diría yo. Toros que crean expectativas por su sola presencia -la cual pude ver desde el sorteo, y adivinar qué toros eran pa’ José Tomás, cuáles pa’ Finito, y cuáles le quedaban a Ramses. No me equivoqué en ninguno de Tomás, ni Ramsés, y solo en el sobrero.

Pero nada, es que no había nada de nada. Todas las expectativas se estallaban -ni siquiera desinflaban, eran un golpe seco. Pum. Como una vil aguja acababa con todo lo bueno que podría llegar. Una mansedumbre insoportable, una lidia mal ejecutada. Todas las suertes mandadas al caño. Un tarde de pavor, aburrimiento y tristeza. Por eso no quería escribir sobre esta 5ta. corrida de abono. Porque siempre es la misma güevonada. Y cada vez menos la emoción de ir a la Plaza de Toros. Para qué. Para ver como vuelven un circo algo que antes tenía una inusual belleza. Para ver como acaban sin ningún escrúpulo cada tercio, cada forma de la Fiesta. Cuando no son las Empresas, son los Ganaderos. Cuando no son los Ganaderos, son los Toreros-estrellas. Cuando no son los Toreros-estrellas, son los Públicos ignorantes, que van a toreros y a hacer vida social. Y cuando se unes todos, no hay quien salga vivo. Acaban con todo lo que está a su paso, como hordas de bárbaros. Eso son. En eso, hasta los anti-taurinos tienen razón.

El Quinto Evangelista, dicen de José Tomás. Me le cago de la risa. Y no porque sea un torero de mala técnica, ni mucho menos. Ejecutó algún desplante de gran plasticidad, que me arrancó un ole. Pero cuando uno dice tener la mística del torero antiguo, no arma de la Fiesta un zafarrancho de medios, jugarretas y exigencias. Uno torea, y hace valer cada suerte, porque por algo están ahí. Son parte fundamental de la lidia. Si uno viene a rescatar el toreo de antaño, defiende todo, sobretodo la verdad de la suerte de varas. Pero a punta de picotazos descaradamente no dados, banderillas puestas a diestra y siniestra y sin ton ni son, y una mala lidia, dando todas las salidas al toro manso, no estamos en nada.

Finito, te defendí algunas veces, pero ya terminaste de acabar toda indulgencia. Tampoco estás en nada. Y con la espada, sos una rata. Mejor dejemos así, la bronca que te llevaste es el peor insulto a tu orgullo torero. Y Ramses, el torero de la tierra. El ñañito de la Santamaría. Pues, vos sos como de buenas. Te salvaste de la cornada por puro milagro, ante un mansurrón para nada estúpido. Pero eso te pasa por pararte como no debés. Y por cosas de la vida, después de 7 toros salidos de toriles -6 paraísos y un  Achury Viejo con una cara de vaca, mal lidiado por Tomás- te salé el «mejor» toro de la tarde. Un toro que conectó con los tendidos, peleó algo en varas, fue excelentemente banderilleado por Hernando Franco, y te quedó a vos, con fuerza para ser lidiado con voluntad. Y ahí lo hiciste. Te llevás una oreja, la más merecidad del festejo, sin ser «nadie» para los empresarios, ni el mundillo del taurineo. Poniendo cada cosa en su lugar, sale todo mucho mejor.

Ahora ya me voy. Sin ilusión de nada. Sin esperar nada dentro de 8 días. Y con la tristeza, la nostalgia y la resignación de no ver más la más importante de las suerte para el Toro Bravo. La suerte de varas. La más maltratada, irrespetada e incomprendida de las suerte de la lidia. Duele ver cómo se convierte en un trámite más. En un roce de la pica con el morrillo del toro. Y como Presidencia, público, toreros y empresarios permiten eso para que los toritos lleguen con algo de fuerza al último tercio. Mi culo para ellos. Los toros bravos van al caballo, así de simple. Ahí está mucha de la esencia de la Fiesta.

Una vez más, sin toro nada tiene importancia. Y sin respeto a las suertes de la lidia, tampoco. Ahí sí nos llevó el putas. No más, que mamera todo esto.

Abadía Vernaza

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